Ante un caluroso público en el auditorio de la Universidad de Murcia, Meyer ha llamado "a recuperar la alianza entre las fuerzas de la cultura y las clases trabajadoras para hacer frente a la crisis económica que estamos viviendo".
El candidato de Izquierda Unida a las próximas elecciones europeas, Willy Meyer, ha visitado hoy Murcia, donde ha estado acompañado por Pedro Marset, ex eurodiputado y candidato por la región de Murcia a las europeas. Ante un caluroso público en el auditorio de la Universidad de Murcia, Meyer ha llamado "a recuperar la alianza entre las fuerzas de la cultura y las clases trabajadoras para hacer frente a la crisis económica que estamos viviendo".
Por su parte, Pedro Marset, que presentó al cabeza de lista de IU, quiso señalar la posición que Izquierda Unida mantiene en contra del proceso de Bolonia, apelando a entablar un verdadero diálogo entre las administraciones y la comunidad estudiantil sobre el Espacio de Educación Europeo. "Izquierda Unida hemos estado apoyando a los estudiantes en todas la movilizaciones en contra del plan Bolonia"- explicó Marset. Willy Meyer a este respecto ha explicado que "lo que está ocurriendo en el ámbito de la educación universitaria es la consecuencia de la aplicación de unas recetas concretas que se plasmaron en la Estrategia de Lisboa, firmada entusiásticamente tanto por el PP como por el PSOE y desarrollada tanto en los fallidos Tratado Constitucional y Tratado de Lisboa, consistente en anteponer el interés del mercado al interés de la ciudadanía".
"En Izquierda Unida entendemos la universidad como un servicio público y siempre hemos apostado y apostamos por una universidad pública, gratuita y de calidad, al servicio del conocimiento, y no por la mercantilización de la misma" -explicó Meyer.
El candidato de IU señaló que "Europa se encuentra en una encrucijada: podemos optar por mantener el mismo modelo que nos ha llevado a la situación actual de crisis, basado en la privatización de los servicios públicos, la desregulación laboral y en definitiva en la no intervención pública de la economía; o bien podemos con nuestro voto revertir esta situación y votar por un cambio de modelo, que dote a los poderes públicos de instrumentos para poder poner en el centro de toda política el interés general".
Meyer ha querido hacer un llamamiento a los ciudadanos y ciudadanas para que vayan a votar: "según los datos del eurobarómetro, un 73% de los españoles no votarán el próximo 7 de junio. No ir a votar ?continuó Meyer- significa entregar un cheque en blanco al PP y al PSOE, que son los responsables de la situación actual".
"Tanto los gobiernos del PP como los del PSOE han optado por un modelo de desarrollo económico basado en el ladrillo, en la construcción residencial y la especulación inmobiliaria, en lugar de apostar por los sectores industriales productivos, que son los que generan riqueza y empleo". "Por este motivo no es creíble cuando Zapatero pide menos ladrillo y más ordenadores, porque ahora está criticando su propio modelo económico. Al decir esto parece que no hubiera estado gobernando durante 5 años y que fuera un recién llegado a la Moncloa" -ironizó Meyer.
"Para Izquierda Unida la solución a esta crisis no pasa por inyectar dinero a la banca para que mantengan sus beneficios astronómicos, sino por hacer llegar el dinero a quien lo necesita: a los trabajadores y trabajadoras, pequeños y medianos empresarios y a los autónomos a través de la creación de una banca pública que garantice que el dinero llegue a las víctimas reales de la crisis".
"Es necesario rescatar los sectores estratégicos de la economía como la energía, la siderurgia, las telecomunicaciones, una parte del sector del automóvil e invertir los beneficios de estas empresas en I+D+i, para poder plantear, por ejemplo, una solución a la sociedad postpetróleo, porque si este debate no lo abordan las administraciones públicas lo harán las multinacionales en su propio beneficio".
El eurodiputado y candidato de IU ha desenmascarado "el programa común encubierto que comparten PP y PSOE, que va más allá de la política económica y que afecta también a la política exterior y de seguridad de la UE. Los dos apuestan por la supeditación a la OTAN y por el aumento del gasto militar, tal como proponían en el Tratado de Lisboa".